Durante la homilía de la Misa por la Solemnidad del Apóstol Santiago, el Arzobispo de la ciudad, Mons. Julián Barrio, afirmó que “la fuerza de la Iglesia le viene de Dios y no proviene de los hombres”.
Al celebrar al Santo Patrono de la ciudad, Mons. Barrio también indicó que “la Iglesia ha de interpretar con creatividad, humildad y coraje los signos de los tiempos, superando rutinas adquiridas y buscando nuevos caminos de evangelización más allá de soluciones de emergencia”.
Para el Prelado, la Iglesia debe proteger a los pobres y marginados, los apesadumbrados por el pecado y por la dureza del camino hacia la verdad, “los que sufren la soledad, hambre, desesperanza e injusticia, y los que no encuentran el sentido a sus vidas”.
El Obispo también manifestó que la Iglesia debe ayudar al hombre de hoy a llenar su vacío interior, “ofreciéndole la fuerza liberadora del Evangelio para seguir a Cristo que llama a tener sus mismos sentimientos y compartir su cruz cada día sin esperar recompensas conforme a los intereses humanos”.
“La Iglesia no busca poder, privilegios o posiciones de ventaja social, sino evitar el desequilibrio entre las posibilidades técnicas y la fuerza moral, desequilibrio que siempre afecta negativamente a la persona”.
Mons. Barrio manifestó que el terrorismo en Europa es “fruto del fanatismo y la irracionalidad” y añadió que la situación actual europea refleja la tensión entre “creencia e increencia, fe y razón, religión e irreligión, olvidando que la fe religiosa informa la moral que da vida y confiere sentido a las diferentes civilizaciones”.
“Debemos testimoniar la verdad de la fe y de la moral católica, creando desde la conciencia moral una cultura que no ignore el valor trascendente de la persona humana ni exalte una libertad falsa y sin límites”, afirmó.
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