Con un acto conmemorativo organizado por la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, hoy se celebró en Roma los 40 años de la declaración del Concilio Vaticano II "Nostra Aetate", sobre las relaciones de la Iglesia Católica con las religiones no cristianas.
Durante la mañana tuvo lugar una jornada de reflexión sobre las iniciativas y eventos que han caracterizado el período postconciliar y el desarrollo de las relaciones católico-judías en el ámbito religioso. Asimismo se discutieron iniciativas para desarrollar el conocimiento y cooperación entre cristianos y judíos.
En la tarde, se realizó un acto sobre las perspectivas futuras de la declaración conciliar, en el que intervino el Cardenal Walter Kasper, Presidente de la Comisión, el Rabino David Rosen, Director internacional para las cuestiones interreligiosas del "American Jewish Committee" y el Cardenal Jean-Marie Lustiger, Arzobispo Emérito de París (Francia).
Al acto asistieron representantes de las instituciones judías internacionales, con las que la Comisión de la Santa Sede ha establecido contactos y colaboraciones en estos años, así como miembros de la Curia Romana y del cuerpo diplomático ante la Santa Sede.
En una entrevista concedida a Radio Vaticano, el Cardenal Kasper señaló el miércoles que la declaración “es uno de los documentos más revolucionarios del Concilio Vaticano II, porque la historia con el judaísmo ha sido siempre muy difícil, compleja y a veces triste. Este documento dio un gran cambio a esta relación".
Para el Purpurado, este documento tiene dos mensajes, "un no decisivo al antisemitismo y antijudaísmo y un sí a las raíces cristianas y a las raíces judías del cristianismo".
Sobre el “gran papel” desempeñado por el Papa Juan Pablo II en la historia reciente de las relaciones con los judíos, el Cardenal alemán recordó que los éstos consideran al fallecido Pontífice, "el Papa que más ha hecho por el judaísmo en toda la historia”.
“Su visita a la Gran Sinagoga de Roma y el mensaje que dejó en el muro de las lamentaciones en su visita a Jerusalén en el 2000 es algo que vive en la memoria de los judíos", concluyó el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
La Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo fue instituida por el Papa Pablo VI en 1974, como organismo distinto, pero vinculado al referido Consejo. Busca promover y estimular las relaciones religiosas entre judíos y católicos, con la eventual colaboración de otros cristianos.
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